El Sol en Aries

 


    El Sol en Aries es una fuente inagotable de energía que impulsa el deseo y la acción. Su motor es el impulso, ese gesto inicial que determina casi todas sus decisiones y comportamientos. Resuelve mejor en el momento, volcando la atención en la experiencia inmediata y dejando la reflexión para después. El presente es su territorio natural; el pasado y el futuro le resultan ajenos porque lo obligan a detenerse y pensar, algo que no está en su naturaleza. Aries evita rodeos: pone el cuerpo, avanza y asume riesgos sin prever obstáculos o retrocesos. Si algo se complica o se detiene, lo deja atrás y empieza de nuevo.

    Siempre en movimiento, el Sol en Aries vive iniciando proyectos. Competitivo por naturaleza, busca el primer puesto y asume el liderazgo con determinación. Es el guerrero que lucha por lo que quiere, con audacia e intrepidez.

    Quien nace bajo este Sol es deseante, frontal, franco, espontáneo y directo. Sin embargo, esa honestidad sin filtros tiene un costo: puede herir sin proponérselo, guiado por una ingenuidad casi infantil. Su escasa atención al impacto que provoca en los demás alimenta la percepción de egoísmo.

    Su carácter es explosivo. Cuando alguien cruza su línea de fuego, responde con una ráfaga de palabras que, casi inevitablemente, dejarán una marca. Defiende su autonomía a cualquier precio y, si no lo logra, corta por lo sano. No obstante, su enojo es tan breve como intenso: la ira sube rápido, pero baja con la misma velocidad. No se aferra a la frustración; simplemente resetea y sigue adelante como si nada hubiera pasado.

    Aries inaugura el recorrido del zodíaco con una energía simple, directa y primigenia: la chispa que enciende todo comienzo.

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