Desde el 9 de septiembre del pasado año Júpiter se
encuentra transitando el signo de Libra. El pasado 6 de febrero Júpiter se puso
retrógrado, y hasta el 10 de junio no volverá a retomar su movimiento directo.
Júpiter representa la expansión, la abundancia, el
crecimiento y las oportunidades de progreso, como así también la ley, la ética
y la forma en que vemos el mundo, nuestras creencias religiosas, nuestra
filosofía de vida, y el sentido de nuestra existencia.
A Júpiter se lo considera un planeta benéfico, y tarda 12
años en dar una vuelta completa al sol. Aproximadamente permanece un año en
cada signo, por lo tanto, deducimos que la última vez que Júpiter estuvo
transitando el signo de Libra fue en el año 2004. ¿Qué ocurrió en aquel año?
¿Cómo no sentíamos en ese momento? ¿En qué aspecto de nuestras vidas hemos
crecido?
Libra es un signo de aire, regido por el planeta Venus, que
aporta armonía y belleza a este signo. Libra es un experto en relacionarse con
otro. Despliega su capacidad de mediar, acordar, coincidir y compartir con los
demás.
Júpiter parece sintonizar muy bien con el signo de Libra,
porque comparten la cualidad de ser buenos para cualquiera que entre en
contacto con su energía. Júpiter favorece la capacidad de relación de Libra, y
en este signo zodiacal, Júpiter podrá desplegar todo su potencial expansivo y
ofrecernos muchas oportunidades de mejorar. Pero también este gran planeta
puede exagerar mucho, tendiendo a la idealización y casi llega a convivir con
la negación.
En la expresión más positiva del tránsito de Júpiter en
Libra, podemos esperar que nuestro lado intelectual se vea favorecido. Nos
sentimos atraídos por los debates, las conferencias, los libros, los
intercambios intelectuales que enriquecen nuestra mirada. Nuestro crecimiento
se activa gracias al diálogo y la colaboración con los demás. Nos abrimos a
nuevas creencias e ideologías que amplían nuestros horizontes y se enaltece
nuestro sentido de justicia social.
Además, nos sentimos unidos a los demás por compartir las
mismas ideas, siendo capaces de pensar de a dos. Nos animamos a confiar en los demás y
anhelamos la búsqueda de la armonía en nuestras relaciones.
En expresión no tan positiva, podríamos creernos más
importantes que los demás, lo cual representaría una dificultad para
vincularnos con los demás de igual a igual. Puede ocurrir que nuestras
expectativas sobre otras personas sean muy elevadas y de pronto nos sentimos
desilusionados cuando no alcanzamos a ellas. También podemos creernos los
dueños de la verdad y encarnar el rol de sabelotodo, tratando de imponer
nuestro punto de vista como la única opción válida. La visión que tenemos de
nosotros mismos puede ser muy exagerada y llenamos nuestra agenda de reuniones
y compromisos sociales sin priorizar la calidad de los vínculos, porque en el
fondo anhelamos sostener nuestra imagen social y conformar a todo el mundo,
consecuencia de una dependencia afectiva no resuelta.
Júpiter traerá a nuestras vidas algo de todo esto, dependiendo
de donde se ubique en relación a nuestra carta natal. Júpiter en Libra es
positivo en sí mismo, pero eso no quiere decir que va a solucionar nuestros
problemas o cambiarnos la vida. Para que Júpiter despliegue sus cualidades
expansivas deberemos intervenir.
Júpiter quiere que experimentemos nuevos caminos, así que si
nos quedamos quietos no expande nada. Quienes crean en la buena suerte, es
mejor que empiecen a hacer algo para que se manifieste.
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