El 24 de diciembre de 2014, en vísperas de Nochebuena,
Saturno abandonó Escorpio para comenzar a transitar el signo de Sagitario.
Desde entonces comenzó un ciclo que terminará el 20 de diciembre de 2017.
Cuando pensamos en Sagitario, nuestros horizontes se corren
hacia lugares más lejanos, y nos entregamos a la infinita abundancia del
universo con una confianza casi ciega en que todo finalmente estará bien.
Sagitario es una flecha de luz que nos empuja a viajar, en su sentido literal y
metafórico, para expandir nuestra consciencia en búsqueda de la verdad por encima
de todo. Sagitario nos introduce en la filosofía y en las religiones, se lo
asocia a los sistemas de creencias e ideales que sostienen nuestra visión del
mundo, aunque esta mirada pueda ser muy dogmática o muy idealista.
Desde un punto de vista más concreto Sagitario tiene que ver
con la educación, con los sistemas judiciales, y por supuesto también con los
viajes largos y el contacto con otras culturas.
El planeta regente de Sagitario es Júpiter, y nos representa
una puerta abierta que nos invita a trascenderla, pero al pensar en Saturno la
puerta se nos cierra antes de que hayamos decidido cruzarla, y ahora tenemos que
aprender a abrirla. Saturno nos pone límites
Saturno se ganó la fama de ser “el malo de todas las
historias”, porque generalmente nos pone a prueba para que aprendamos a
trascender nuestras limitaciones. Saturno es la piedra que todos encontramos en
el camino. Pero no es tan severo como pretende ser, porque al fin y al cabo
sólo nos pide que tomemos con seriedad y responsabilidad las riendas de nuestra
vida. Saturno nos da estructura y sostén a nuestra personalidad, podríamos
decir que es el esqueleto sobre el que se ordena todo nuestro mundo.
Con Saturno en Sagitario, parece plantearse una oposición
que deberá complementarse. Sagitario expande y Saturno limita.
En primer lugar, Saturno en Sagitario pone a prueba todos
nuestros sistemas de creencias. Si aún no lo hicimos, en este tiempo deberemos
reflexionar con mayor seriedad y realismo sobre nuestras ideas, . Nos invita a
preguntarnos ¿qué tan sólidos son los fundamentos de nuestras creencias? ¿En
qué principios basamos nuestros ideales? Nos propone aprender a ser más
tolerantes con las ideas de los demás, porque si hay algo que quiere mostrarnos
Saturno en Sagitario es que nadie es dueño de la verdad.
Es posible que tomemos la vida más en serio, algunos
adoptarán una actitud más austera, otros sentirán la necesidad de replegarse,
de alguna manera todos estaremos necesitando el tiempo para reflexionar sobre
el sentido de la vida o nuestro propio sentido.
En otros este tránsito nos enseña a darle forma a nuestros
sueños, y para eso nos muestra el valor de la disciplina y el esfuerzo. Quizá
el camino hacia nuestras metas nos parezca tedioso, porque nos llevará tiempo y
nos exigirá trabajo, pero estemos seguros de que el crecimiento que nos trae nos
aportará la sabiduría de la madurez.
Quizá perdemos algo de espontaneidad, porque no nos deja corrernos
del camino, y nos exige que seamos ordenados en nuestros planes, pero deberemos
entender que cualquier ideal responde a un orden material que debe ser
experimentado. A Sagitario le gusta creer en la buena suerte, pero Saturno nos
dice “la buena suerte hay que ganársela” y eso requiere esfuerzo,
perseverancia, orden y poner los pies en la tierra. Saturno no pone límites a
la expansión que nos promete Sagitario, sino que nos enseña que si hacemos las
cosas bien podemos llegar más lejos, sólo se trata de vencer los obstáculos
para crecer.
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