Venus, el placer y la atracción
No conoceremos del placer más que algunas formas,
siempre las mismas de las que estamos presos.
Venus es comúnmente conocido como el planeta del amor, las musas, el arte, y símbolo de lo femenino y la belleza. Pero estas definiciones solo rozan la profundidad de su significado. Venus nos interpela sobre nuestra autoestima y lo que valoramos en nosotros mismos y en los demás. Representa el amor propio, la autovaloración y nos invita a conectar con lo que nos gusta, a experimentar placer y disfrutar lo que nos hace felices.
Sin embargo, en un mundo que prioriza los logros, Venus suele quedar relegado al banco de suplentes. Así, hacer lo que nos gusta no siempre es una opción que consideramos. Postergamos el disfrute, muchas veces juzgándolo como una pérdida de tiempo, porque siempre hay cosas más urgentes que atender antes de entregarnos a un ocio creativo y placentero. De este modo, no nos damos cuenta de que postergamos nuestra felicidad, que termina pareciendo algo fuera de nuestro control. Proyectamos esa felicidad en una pareja que nos complete o en un trabajo que nos realice, depositándola en lo que la sociedad y la cultura valoran.
Cuando creemos que la felicidad debe venir de afuera, la buscamos en alguien que nos la entregue. Y al sentir que la hemos encontrado, intentamos retenerla con fuerza, sin comprender aún que la verdadera felicidad puede ser la armonía entre nuestro mundo interior y exterior. Esto solo ocurre cuando nos valoramos lo suficiente para hacer lo que nos gusta.
La posición de Venus en nuestra carta natal refleja nuestra relación con el placer y aquello que nos atrae. Su significado muestra cómo nos vinculamos con otros, revelando los juegos de seducción que dan inicio a la expresión de la sexualidad. La energía de Venus es una clave para fortalecer nuestra autoestima, cultivando un sentido saludable de autovaloración sin depender de la aprobación externa.

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