En la medida en que nos acercamos a nuestro Yo Superior, las
energías transpersonales se vuelven accesibles para nosotros. Podemos experimentar
la compasión, la libertad, la creatividad, el amor, la armonía, entre tantas.
Júpiter, que en nuestras cartas representa nuestra necesidad
de expandirnos y crecer nos abre las puertas a las energías de Urano, Neptuno y
Plutón. Estos planetas exteriores, o llamados planetas transpersonales nos
vinculan con las cosas que trascienden lo cotidiano. Las personas que tienen a
Urano, Neptuno o Plutón en aspectos importantes con los planetas personales
(Sol, Luna, Mercurio, Venus o Marte) e incluso Júpiter y Saturno, podrán
percibir que algo transpersonal está tratando de entrar a sus vidas.
El planeta personal sirve de mediador para que la energía
transpersonal se manifieste. Por ejemplo, veamos que la persona que tiene un
aspecto Venus/ Urano, a través de las relaciones puede experimentar el
desapego.
Urano, Neptuno y Plutón nos abren las puertas a la mente
superior. Pero si uno se resiste el ingreso de estas energías en su vida,
aparecerán en forma de conflictos que finalmente lo obliguen a abrirse y
crecer. Volvamos al mismo ejemplo, Venus en aspecto con Urano. Mediante la
relación, o el amor la persona se abre a la mente superior. Pero si uno se relaciona
con el otro de manera egoísta, enfocado en las necesidades personales, entonces
no le está dando lugar a la expresión de Urano. En esto caso la relación puede
atravesar una crisis, verse amenazada para que la persona tenga mayor
consciencia y se abra a la energía de Urano y pueda experimentar el desapego y
la libertad en los vínculos.
Lo mismo ocurre con las posiciones por casas de Urano,
Neptuno o Plutón. Allí donde tengamos algunos de estos planetas deberemos
atravesar una crisis, que puede desarmar nuestras vidas, para que podamos
evolucionar y rearmarnos de una manera diferente con mayor consciencia.
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