El Sol en Escorpio

 


    Escorpio saca a la luz lo oculto y nos enfrenta con nuestros fantasmas: la vida y la muerte, la pulsión y la sexualidad, el poder y la sombra. Es sinónimo de transformación y de liberación de energía. La intensidad del Sol en Escorpio es tan profunda que la persona se siente impulsada a vivir en los extremos, aunque al mismo tiempo experimente miedo frente a su propia potencia. Percibe el mundo en términos absolutos: blanco o negro, bien o mal, amor u odio, todo o nada, sin apenas matices que suavicen el tránsito entre un polo y otro.

    Ante la fuerza de sus emociones, siente la necesidad de mantener el control y contener el oleaje interno. No soporta el desborde emocional que lo arrastra a profundidades de las que luego le cuesta salir. Su reserva puede rozar el hermetismo: sólo se abre cuando siente que hay una red de contención segura que lo proteja de caer en sus abismos más oscuros. El miedo a lo que pueda encontrar en los rincones de su propia psique lo lleva, con frecuencia, a reprimir y a guardar secretos. Desde fuera, su misterio se percibe como una niebla densa, difícil de atravesar.

    Este Sol está, de un modo u otro, en contacto constante con lo oculto. Suele encontrar fascinación en iluminar las sombras, siempre que no sean las suyas. Su intuición, afinada y penetrante, salta la lógica y lee con facilidad entre líneas, como si su mirada estuviera siempre puesta más allá de lo evidente. Esa percepción aguda, unida a su reserva, puede despertar desconfianza, aunque su sensibilidad es tan intensa como su aparente distancia.

    Escorpio se siente atraído por lo prohibido, lo incómodo, lo que los demás evitan. Busca ejercer poder y control, y su magnetismo puede ser tan seductor como peligroso. A veces recurre a la manipulación o al dominio, para luego sentir culpa. Es un signo compulsivo, sexual, implacable, crítico, dramático, estratégico, profundo y desconfiado. Allí donde pasa deja huella, y quien se cruce con él puede quedar atrapado en el ojo de su huracán.

    En su mejor expresión, el Sol en Escorpio es un sanador. Esa faceta luminosa sólo despierta cuando supera el miedo y suelta el control, atreviéndose a sumergirse en sus propias profundidades. Al liberar la energía que mantiene estancada, se transforma y, con ello, transforma a los demás.

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