Estamos
comenzando a transitar el mes más intenso del año en el nivel de las emociones.
Siempre que hablamos de Escorpio hablamos de conexión emocional, pasión, fusión,
intensidad, sexualidad, poder, profundidad, transformación. En el signo de
los extremos nada sucede superficialmente, no hay sutilezas, ni matices, así
que la propuesta es: todo o nada. En Escorpio hablamos de potencia como lo
opuesto a impotencia, y estos nos lleva a juegos de poder, que nos vinculan al
control. Nos sentimos poderosos cuando controlamos todo, nos sentimos
impotentes cuando no controlamos nada. El secreto es permitirse oscilar entre
estos dos polos. Si todo el tiempo estamos controlando no damos lugar a lo creativo,
nos aferramos y no queremos que nada cambie, pero si nos ubicamos en el otro
polo, el de no controlar, nos desorganizamos, todo se nos va de las
manos y nos sentimos arrasados.
Las lunas nuevas tienen que ver con los inicios, así que es momento de soltar lo que ya no nos sirve, lo que nos impide avanzar, plantar la semilla de un nuevo ciclo, un nuevo proyecto de vida, y dar el primer paso, aunque como se trata de Escorpio más bien nos pide dar un salto al vacío y sin red de contención. La clave para estos tiempos es dejar de luchar, dejar de resistir, soltar un poco el control del que hablábamos antes, conectarnos con nuestro mundo interior sin miedo a lo que podamos encontrar allí, y dejarlo ser, sosteniendo con cuidado aquello que estemos experimentando, como si se tratara de algo muy frágil, ya que en definitiva se trata de nuestra propia vulnerabilidad.
Como esta luna se va a ubicar en oposición a Urano, algunos cambios que implican procesos más largos pueden precipitarse porque aumenta el deseo de experimentar una mayor libertad, de liberarnos de lo que nos ata. Se incrementa la intuición y la creatividad, y la vida nos sorprende haciendo algo que no esperábamos hacer o que no teníamos planeado. De pronto nos cambian el escenario y nos sentimos descolocados.
Próximamente, el 19 de noviembre con la energía del eclipse lunar, empezaremos a tomar conciencia de la transformación, algunos temas se iluminan, sentimientos, temores, emociones no expresadas, las cosas que no se dijeron, las que se dijeron a medias, secretos bien guardados. Algunos cambios empiezan a llevarse a planos más concretos. Por supuesto no todas las personas van a experimentar la fuerza de estas energías. Sí lo van a sentir las personas que tengan planetas en Escorpio, Tauro, Cáncer, Piscis, Acuario, Leo. Muchas otras personas van a querer mantener un severo control sobre todo lo que suceda internamente y externamente, lo cual por supuesto no es aconsejable hacer. Cuanto más nos resistimos al cambio, más se impone. Fluir es acompañar el movimiento de la vida, pero no estamos entrenados para lograrlo. Aun así podemos descubrir aquello que nos frena, que nos da miedo, que nos limita, o nos paraliza, o nos hace sentir insoportablemente vulnerables. Podemos dejarlo ser, experimentarlo, y a pesar de ello dar los pasos que necesitemos en dirección a nuestra transformación.
Mercurio y Marte, también transitando Escorpio, le sigue de cerca los pasos a esta luna nueva y al próximo eclipse. Mercurio, planeta de la mente y la comunicación, nos lleva a las profundidades de pensamiento, a investigar, a conversaciones muy íntimas, a análisis exhaustivos. Y Marte en Escorpio arrasa, nos pone en movimiento con mucha potencia, nos da un resto de energía altísimo, coraje extremo y decisión implacable. Su lado más conflictivo está en el enojo, los resentimientos, las luchas de poder y el control excesivo, pero podemos reorientarlo hacia lugares más constructivos y usar esa energía para promover el inicio de lo nuevo. Intensidad al 100 %, pónganse el cinturón de seguridad antes de subirse a esta montaña rusa.
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