Venus representa un amor más egoísta. Venus dice: “Si me
amas te amaré”. El de Neptuno es un amor más desinteresado y dice: “No me
importa lo que hagas, te amaré incluso cuando no puedas darme lo que necesito”.
Venus se enriquece a través de la relación, la identidad de la persona se
fortalece en la unión con otra persona, en particular si esa otra persona se la
considera valiosa. Neptuno en vez de fortalecer su identidad por medio de una
relación, buscar perderse a sí mismo fundiéndose con otras personas. Venus
quiere igualdad y justicia en su relación con los demás. Neptuno, en cambio, se
sacrifica por los demás. Al ser lo que los otros necesitan, Neptuno trasciende
su condición de individuo aparte. Venus es más personal y está más atado al yo.
Cuando en nuestra carta natal Venus se encuentra en conjunción, cuadratura y oposición a Saturno estamos frente a uno de los símbolos de una niñez solitaria y llena de privaciones emocionales, de sentimientos de aislamiento y de no ser amado o digno de amor. Debido a que en los comienzos de su vida, en la familia hubo algún tipo de privación o retraimiento emocional, es probable que el individuo no haya podido hacer ese crítico viaje de separación de los padres, ya que a cualquier niño se le hará poco menos que imposible separarse de algo que jamás ha tenido. Sólo es posible levantarse de buena gana de la mesa si uno siente su hambre satisfecha; si está muriéndose de hambre, no puede pensar nada más que en la comida. Es decir, que hay un lugar al que se ha de llegar antes de que se pueda alcanzar la posición depresiva de una individualidad aparte, y por consiguiente, una de las características de los contactos difíciles entre Venus y Saturno, mientras no se trabaja con ellos en
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