Cuando tenemos miedo a sentirnos inadecuados solemos pensar
que no somos suficientemente buenos, que no tenemos sabiduría interior, y que
aún si la tuviéramos, nuestro sabio interno no nos querría. Nos sentimos indignos y creemos que no nos
merecemos nada que podamos considerar como más evolucionado. Podemos imaginar
al Sí mismo Superior como algo fuera de nuestro alcance y no llegamos que en
realidad está en nuestro interior.
Las personas con mucha energía sagitariana, o con Júpiter
muy fuerte, tienden a encontrarse entre quienes creen que todo lo que sucede
está bien, porque siempre es para bien, en el mejor de los mundos posibles. También
suele ocurrir con algunas personas con Neptuno muy dominante. Pero quienes
tienen planetas en Virgo o Capricornio, o un Saturno fuerte, creen en la
necesidad de mejorar y esforzarse para alcanzar un nivel superior en su
evolución, ven al Sí mismo Superior como algo que se ha de alcanzar mediante el
esfuerzo y son quienes tienden a sentirse inadecuados. No se creen que están
bien tal como son, siempre creen que podrían ser algo más.
Este miedo suele tener su raíz en nuestra infancia. Es muy
posible que nuestros padres no nos amaran por quienes éramos, sino en la medida
en que respondíamos a sus expectativas de quienes debíamos ser. Ya en la
adultez, este temor a no ser amados por quienes somos suele proyectarse en el
Sí mismo Superior y sentimos que no estamos a la altura de lo que nuestro Sí
mismo Superior espera de nosotros. En términos astrológicos podríamos estar
hablando de posiciones de Saturno en Aries, en Cáncer o en Leo, o Saturno en
casa I, IV, V o X. También en aspectos difíciles de Saturno con el Sol o la
Luna.
Quienes tienen a Saturno en la casa IX o XII también pueden
experimentar al Sí mismo Superior, como rígido y exigente. También se ve esta
pauta en personas que tienen a Saturno en aspecto difícil con Júpiter o
Neptuno.
Hay una ironía con respecto a este temor. Si uno se
considera inadecuado, tendemos a buscar desesperadamente personas que nos amen,
y sin embargo, aunque centenares de personas nos jurasen amor eterno, todavía
no nos sentiríamos digno de él.
Cuanto más inadecuados nos sentimos, más necesario es que nos
abramos al Sí mismo, y sin embargo, si uno no se siente bastante bueno para él,
es muy difícil abrirse para darle entrada. Como ven es una especie de trampa
psicológica. De alguna manera hay que romper el círculo. Probablemente sea
necesario indagar en los primeros años de vida para descubrir y elaborar lo que
nos hizo sentir por primera vez indignos de ser amados.
En última instancia, todos necesitamos encontrar el amor que
viene de adentro en vez de tratar de atraerlo desde afuera. Las personas que
nos aman pueden ayudarnos a que nos amemos, pero si no hay un sentimiento lo
bastante sano de amor por nosotros mismos, es difícil que creamos que alguien
nos ama de verdad.
(adaptación “La Dinámica del Inconsciente” Liz Greene)
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