Muchas
veces nos acercamos a la astrología en el afán de buscar una respuesta a esos
interrogantes existenciales que nos persiguen desde que somos conscientes de
nuestras propias inseguridades, pensando que los astros nos dirán lo que
tenemos que hacer o lo que nos va a pasar. Naturalmente todos necesitamos
adelantarnos en el tiempo para sentirnos más seguros. Pero este no es el
sentido real de la astrología, es mucho más que ser de Géminis, o de Leo, o de
Escorpio. En principio, somos muchas energías interactuando simultáneamente
y cada carta natal es única e
irrepetible como así también lo es cada individuo. No existe ninguna persona igual a nosotros,
que haya experimentado las mismas vivencias, que se exprese de la misma forma
o reaccione del mismo modo ante una
misma situación.En
los tiempos de crisis personales todos salimos a buscar respuestas externas que
nos tranquilicen, que nos aseguren un buen final, que nos prometan aquello que
deseamos. Tenemos miedo al futuro y necesitamos estar preparados para lo que
nos traiga la vida. Es un gran alivio saber lo que nos va a pasar, pero sólo es
puro placebo para calmar nuestras inseguridades y ansiedades. Lo real es que
vida nos sorprende en cada elección que hacemos, seamos o no consciente de lo
que hayamos elegido. Al buscar respuestas afuera estamos reaccionando a la
necesidad de saber con anterioridad que nos va a ocurrir mañana. Las únicas
respuestas confiables sólo están en nuestro interior, y son esas mismas
respuestas las que nos permitirán encontrar soluciones a los desafíos que
afrontaremos en el transcurrir de la vida.No
existe ninguna disciplina esotérica que pueda predecir con certeza lo que aún
no ha sucedido. Cuando nos hacen una predicción están condicionando nuestro
libre albedrío. ¿Y qué es el libre albedrío? Es la capacidad que tenemos los humanos
de elegir nuestro destino. Es
entonces evidente que nada es predecible desde este punto de vista, porque el hombre es capaz de ilimitadas respuestas ante un mismo
estímulo, lo difícil es responder espontáneamente cuando estamos condicionados
por una predicción. Saliendo
de este enfoque predictivo de la astrología tradicional…¿ para qué nos sirve la
astrología? En primer lugar, podríamos afirmar nos ayuda a conocer nuestro
campo energético natal y en segundo lugar este conocimientos nos da las
herramientas para trabajar, modificar y armonizar nuestra energía de nacimiento
a fin de que pueda expresarse de un modo positivo y ganar en calidad de vida.
Expresándolo de un modo más simple, la astrología describe la naturaleza
humana, nuestras pautas energéticas, es un método para comprender la
personalidad, la conducta, y el crecimiento del hombre.En
los últimos tiempos la humanidad ha comenzado una búsqueda espiritual, casi
desesperada, como un modo de reencontrarse con el Dios que hemos perdido dentro
de nosotros mismos, pero ante tanta oferta es muy fácil confundirse, creer en
cualquier gurú que nos prometa el cielo y la salvación. Es un principio básico,
saber que ante cualquier búsqueda que emprendamos conviene siempre aprender a
discriminar la paja del trigo, no todo lo que brilla es oro, la mayoría de las
veces son sólo espejitos de colores. Y con el tiempo nos sentiremos defraudados. La
astrología es sólo una herramienta más, entre todas las que existen a nuestra
disposición, es un método que si es usado con seriedad y discernimiento nos
puede ayudar a emprender el camino hacia el autoconocimiento. Cualquier
camino que sigamos debe llevarnos de regreso a nosotros mismos, al encuentro
con nuestra verdad, sino sólo es un camino sin salida. Y la Astrología es un
camino al encuentro con uno mismo.
Cuando en nuestra carta natal Venus se encuentra en conjunción, cuadratura y oposición a Saturno estamos frente a uno de los símbolos de una niñez solitaria y llena de privaciones emocionales, de sentimientos de aislamiento y de no ser amado o digno de amor. Debido a que en los comienzos de su vida, en la familia hubo algún tipo de privación o retraimiento emocional, es probable que el individuo no haya podido hacer ese crítico viaje de separación de los padres, ya que a cualquier niño se le hará poco menos que imposible separarse de algo que jamás ha tenido. Sólo es posible levantarse de buena gana de la mesa si uno siente su hambre satisfecha; si está muriéndose de hambre, no puede pensar nada más que en la comida. Es decir, que hay un lugar al que se ha de llegar antes de que se pueda alcanzar la posición depresiva de una individualidad aparte, y por consiguiente, una de las características de los contactos difíciles entre Venus y Saturno, mientras no se trabaja con ellos en
Comentarios
Publicar un comentario